Puerto Montt - Chile
Cada día que pasa en el que nos acercamos al inicio del
3º Encuentro Radial Anual de Parques Nacionales,
nuestro corazón, recibe sacudidas que lo forjan y nos alegran.
Ésta en especial nos motiva a seguir creyendo en nuestros hermanos Latinoamericanos, ya que viene desde el país trasandino. Si, de Chile, los hermanos del mismísimo sur chileno nos acaban de dar la gran sorpresa.
El Radio Club Melipulli de Puerto Montt CE7RCM ha de poner al aire desde ese rincón en el sur chileno, al Parque Nacional Alerce Andino. uno de los más destacados y bonitos parques de la hermana república. Hasta ese hermoso lugar irá un equipo de amigos para hacernos compañía en noviembre próximo, descontamos que será de bendición esa experiencia.
Gracias amigo Luis Villaroel Santana Director del RC. Melipulli por confiar en nosotros y apuntalar a tu gente para que sea parte de este evento. De seguro podremos hacer muchas cosas más, juntos y trabajando mancomunadamente
Parque Nacional Alerce Andino
Saliendo de Puerto Montt y
tomando la carretera austral, se llega hasta el Parque Nacional Alerce Andino.
Allí, descansan las últimas 20 mil hectáreas de un bosque milenario que tiene
mucho para enseñarnos.
Un verdadero libro abierto
El Parque Nacional Alerce
Andino es un verdadero patrimonio natural que tiene la humanidad. Ocupa una
extensión de 40 mil hectáreas, dentro de las cuales alrededor de 20 mil
corresponden a bosques de alerces que se encuentran en las zonas montañosas
correspondientes a la región de Los Lagos.
Se dice popularmente del
alerce que es un árbol que siempre está verde. Su corteza es de color castaño,
su madera rojiza, blanda, liviana e impermeable, por lo que nunca se pudre.
Antiguamente se lo
utilizaba para la construcción de viviendas, barcos de ultramar e incluso de
aviones. Basta con observar los frentes de las casas del sur de Chile, para
darnos cuenta de que sus paredes y techos están revestidos de unas pequeñas
tejuelas, todas del mismo tamaño, hechas con alerce y conocidas como tejuelas
de alerce. Si bien resultan vistosas, hoy son una clara muestra de los daños
irrecuperables que el hombre ha causado a la naturaleza.
El alerce sólo crece un
centímetro cada quince años y sin embargo, estos árboles llegan a superar los
cincuenta metros de altura y a vivir más de 4000 años. Por algo se los llama
“libros abiertos”, ya que sus grandísimas vetas posibilitan a los científicos
leer los cambios climáticos y geológicos que se han producido durante los
últimos miles de años.
Sin embargo, y aunque
resulte paradójico, su madera todavía continúa siendo utilizada por la
industria maderera, a pesar de que el alerce sea considerado por todos como el
“venerable anciano” de los bosques sureños. Y de las 260 mil hectáreas de
bosques de alerce que quedan, sólo 42 mil hectáreas se hallan protegidas por el
Estado Chileno.
Reconstruyendo el clima
del pasado
Gracias al alerce, el
científico chileno Antonio Lara fue capaz de reconstruir cómo ha sido el clima
durante los últimos 3620 años en esta parte del continente. Esto, pese a que no
existen estaciones meteorológicas que tengan más de un siglo de antigüedad.
Lo que sucede es que,
debido a su longevidad, el alerce es considerado vital para comprender procesos
como los cambios climáticos e incluso el calentamiento global que afecta al
planeta, y recién hoy ha comenzado a formar parte de las políticas públicas de
los Estados Nación y de las miles de asociaciones ecologistas distribuidas por
todo el mundo.
Y ha sido tan importante
esta investigación, que el trabajo del científico fue publicado por la revista
“Science” donde se hace referencia al alerce como un libro abierto, y que
–según el experto- “la historia ambiental de este planeta está escrita en todos
sus anillos. Es como un rompecabezas que se construye a partir de árboles vivos
y muertos”.
Al igual que el resto de
los árboles, los alerces todos los años forman una nueva capa de madera bajo la
corteza (que se conoce como anillos), las que permiten saber si en el pasado
hizo frío o calor, hubo lluvia o grandes sequías. Por todo esto, su
desaparición privaría a la humanidad de una información única para establecer
cómo ha cambiado y cómo cambia el clima del mundo. Sus anillos, de más está
decirlo, son los más viejos de todos.
Caminar los senderos
Además de la tupida
vegetación del lugar, lagunas y lagos se esconden entre las montañas y los
bosques. Por eso, llegar a estos sitios a través de los innumerables senderos
que recorren la totalidad del parque se vuelve una de sus mayores atracciones.
La posibilidad de poder
avistar fauna autóctona típica del sur de Chile es otra de las máximas a las
que aspiran los visitantes que lo recorren. Pudú o venado chileno, pumas,
güiñas, zorros, vizcachas y monitos del monte son algunos de los mamíferos que
suelen cruzarse ante los turistas durante las caminatas. Entre las aves, se
destacan el cóndor, el carpintero negro, el huet-huet, el martín pescador, el
peuco, el pato real, el caiquén y la paloma torcaza. Al igual que en toda la
región de Los Lagos, entre los peces, se encuentran la perca, la peladilla y
las truchas arcoiris y marrón.
Las caminatas y la
navegación son las dos grandes actividades que se desarrollan dentro del
parque, lo que por supuesto permite explorar flora y fauna en un estado de
naturaleza plena.
Quizás por ello, este
paseo es elegido por aquellos que gustan de disfrutar el relax acercándose a
lugares de gran belleza y totalmente limpios de la presencia del hombre, lo que
significa que la contaminación no existe o que es prácticamente nula.
Húmedo como ninguno, con
colores y olores especiales, sus bosques vírgenes, sus altas montañas y la
navegación en canoas por alguna de sus innumerables lagunas, este sitio permite
a los visitantes adentrarse en el corazón del Parque Nacional que esconde en su
interior al milenario alerce, el verdadero señor de los anillos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario